Los Viajes
La semana pasada me fui a Estados Unidos a la graduación de universidad de mi hija. Fue un viaje cargado de orgullo y alegría.
Una de las cosas que me gustan de salir de viaje, es cómo nos damos permiso de romper la rutina. Antes, durante y después del viaje.
Antes del viaje es tiempo de preparar todo: pagar cuentas, dejar instrucciones y empacar. Nos olvidamos de la agenda, de proyectos, de metas… y nos concentramos en lo que nos espera a muy corto plazo.
Durante el viaje se vive y experimenta todo con intensidad y novedad.
Y después del viaje hay uno o dos días de desempaque y arreglo. Yo aprovecho para hacer limpieza en mi closet, en mi baño y en mi mente. En mi closet y baño – sustituyo lo nuevo por lo viejo. En mi mente – reviso mis rutinas y mis proyectos. Mi perspectiva está lo suficientemente fresca para evaluar si hay cosas que puedo descartar o mejorar.
Como suele suceder, después de unos días de haber regresado, re-tomo mi agenda y mi rutina. Poco a poco, el viaje se va haciendo más lejano y lo vivido se va quedando en la memoria.
Pero esa pequeña interrupción hace que re-tomemos nuestra vida con energías y perspectivas nuevas. Que vivan los viajes!